Andrew Tate, influencer del odio. Tendencia sectaria en expansión

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Calificado como “Rey de la masculinidad tóxica”, un controvertido influencer lidera un movimiento digital con fervientes seguidores.

 

 

Emory Andrew Tate III, ampliamente conocido como Andrew Tate, es una persona multifacética con una carrera que abarca varios dominios, incluidos el kickboxing, los negocios y las redes sociales. Nacido el 1 de diciembre de 1986 en Washington, D.C., Tate creció en un entorno diverso que dio forma a su ambiciosa personalidad. Se mudó a Inglaterra durante su infancia, donde finalmente se embarcó en una carrera de kickboxing, logrando un éxito significativo. Tate es cuatro veces campeón mundial de kickboxing, lo que sentó las bases de su personalidad pública y de sus posteriores aventuras.

 

A pesar de sus logros en los deportes, podría decirse que el reconocimiento público de Tate se debe más a su controvertida presencia en las redes sociales y a sus esfuerzos comerciales. Ha estado asociado con varios negocios, incluida la operación de un estudio de cámara web y cursos sobre acumulación de riqueza y estilo de vida. Las opiniones francas de Tate sobre la masculinidad, la riqueza y las estructuras sociales han obtenido un gran número de seguidores, junto con importantes críticas y reacciones negativas.

 

Las controversias de Tate a menudo giran en torno a sus puntos de vista sobre las relaciones de género, que muchos críticos califican de misóginos y dañinos. Ha sido acusado de promover la masculinidad tóxica, y sus comentarios sobre las mujeres y las relaciones han provocado indignación en numerosas ocasiones. Estas críticas culminaron con la expulsión de Tate de varias plataformas de redes sociales importantes, incluidas Twitter, Instagram y Facebook, por violar sus políticas sobre discurso de odio y contenido dañino. A pesar de estas prohibiciones, la influencia de Tate persiste a través de otras plataformas y sus dedicados seguidores, que a menudo lo ven como una figura de masculinidad sin remordimientos y un crítico de lo políticamente correcto.

 

 

Además de sus polémicas declaraciones sobre género, Tate se ha visto envuelto en polémicas legales. Se ha enfrentado a acusaciones de agresión sexual y trata de personas, que él niega con vehemencia. Estas acusaciones han polarizado aún más a la opinión pública, ya que algunos lo ven como víctima de una campaña de difamación, mientras que otros ven estas cuestiones como indicativas de los peligros que plantean sus ideas.

 

Los seguidores de Tate, a menudo conocidos como “el ejército de Tate”, son un testimonio de su capacidad para cultivar una base dedicada de seguidores. Sus seguidores admiran su enfoque directo para discutir la riqueza, el éxito y los problemas sociales. Lo ven como una figura mentora, que ofrece orientación para lograr la independencia financiera y la soberanía personal. Tate capitaliza este seguimiento a través de varias empresas comerciales, incluidos cursos en línea y programas de membresía, prometiendo enseñar los secretos de su éxito.

 

 

A pesar de las controversias, el impacto de Tate en el discurso público es innegable. Representa una división cultural más amplia, ya que sus partidarios lo aclaman como un defensor de la libertad de expresión y la masculinidad tradicional, mientras que sus detractores lo critican por perpetuar estereotipos e ideologías dañinos. Esta polarización es un reflejo de debates sociales más amplios sobre el género, el éxito y el papel de las redes sociales en la formación de figuras públicas.

 

La vida y la carrera de Tate son emblemáticas de las complejidades de la celebridad moderna. Su transición de campeón deportivo a una controvertida figura de las redes sociales pone de manifiesto las intersecciones de la fama, la influencia y la controversia en la era digital.

 

 

Fuente: New Religious Movement