El sectarismo esotérico de la New Age, para crear adeptos que les generen retornos rentables, se adapta, se maquilla y oferta a gusto del consumidor (1) … Una de las causas de la proliferación de estos delirios religiosos a gusto del consumidor es la ignorancia religiosa. Y cada creyente ha de tomar seriamente el desafío de la formación sólida en su propia fe, así como el conocimiento sereno y objetivo de los otros.
Las calles de Montevideo y también en demasiadas otras ciudades del mundo, las redes sociales, internet, están plagados con afiches de conferencias y cursos de “Metafísica”, “invocación del Yo Soy”, “Seminarios sobre Ángeles”, “Mensajes del Conde de Saint Germain”, y “Rayos Violetas”, para un pretendido “desarrollo personal, crecimiento espiritual, o sanación interior…” (como todo lo vinculado a la New Age). En cualquier supermercado se pueden apreciar la gran cantidad de librillos de “Metafísica”. Se oye hablar de ella por radio todos los días a “parapsicólogos”, adivinos, “doctores”, periodistas…, etc. Hemos visto sus libros en manos de muchas personas de buena voluntad, y sobre todo de católicos alejados de la Iglesia que buscan crecer en su interioridad, y dicen que se complementa a su fe dando testimonio de “lo que la metafísica ha hecho en su vida” … e ingenuamente declaran: “Pero esto es bueno, porque habla de Jesús, del perdón, del amor, de María, del Espíritu Santo…”, sin percibir la confusión que les arman en sus creencias. Porque con el auge de los movimientos new agers no todo lo que se dice “cristiano” lo es.
Actualmente uno de sus principales representantes, aparece una vez a la semana en el programa televisivo y dando conferencias todos los jueves por la noche en el Teatro del Círculo Católico.
¿Pero qué es todo esto?
No es una religión, pero tiene contenidos religiosos y doctrinales; no se considera institución o grupo, pero se reúnen para cursos, conferencias y “encuentros”; dicen no tener jerarquías ni mediaciones, pero existen “facilitadores” (guías) que hacen las veces de gurús (maestros); no tienen estructura sectaria, pero sus doctrinas y prácticas han dejado graves secuelas psicopatológicas en sus adeptos y sus fanáticos seguidores son bastante proselitistas y nada autocríticos con sus delirantes postulados doctrinales.
No es este el caso de una secta peligrosa, ni de gente con malas intenciones, sino que la mayoría de las veces sus promotores persiguen fines positivos, sin percibir lo nocivo de sus contenidos reales.
Estamos frente a una invasión gnóstica (2) y esotérica (3) dentro del mismo cristianismo que amenaza con diluir la fe cristiana en un magma de confusión, relativismo, ingenuidad y desinterés (cuando no evasión total) con respecto al sufrimiento ajeno, a los problemas sociales y del “molesto prójimo”. Es una anestesia general para el narcisismo religioso que busca satisfacer sus necesidades trascendentales sin mucho sacrificio, una religiosidad acorde a la lógica del mercado y del consumo. Aquí supuestamente nadie peca, todo es cuestión de evolución cósmica, de perfeccionarse hacia una nueva conciencia planetaria (la de Acuario).
Un nombre poco apropiado
El mismo nombre nos confunde, porque ni es la Metafísica que se estudia como tratado filosófico, y -como veremos- no tiene nada de cristiana; lo cual entrevera aun mayormente a los incautos lectores a hora de intentar comprender de que tratan sus contenidos. Su nombre es el mejor disfraz para fomentar la mezcolanza religiosa de este tiempo a gusto del consumidor ávido de nuevas y extrañas experiencias.
Si bien es verdad que actualmente nadie se hace mucho problema por la coherencia doctrinal, ya que cada uno construye su religiosidad “a la carta”, cuyo criterio no es buscar la verdad, sino “lo que me hace sentir bien y me gusta”; nosotros hemos querido salir al paso dando una orientación mínima a aquellos cristianos que deseen orientarse frente al tema de la nueva religiosidad que no deja de ser un desafío creciente a la identidad cristiana en la situación actual. Es por eso por lo que vamos a tratar de comprender que es esta nueva doctrina que prolifera en nuestra capital y en el resto del país (por no decir en toda América Latina).
Desde Venezuela para toda América Latina
Esta corriente de pensamiento de carácter esotérico (ocultista) y con un perfil gnóstico se atribuye a Conny Méndez (4) (1898-1979), una venezolana actriz y poetisa condecorada por el gobierno venezolano varias veces. Nació el 11 de abril de 1898 en Caracas y fue discípula y sucesora de Emmet Fox (difusor de una teosofía light -5- y del “pensamiento positivo”). Conny M. fundó la Gran Hermandad Saint Germain en Caracas en 1945 para agrupar a todos los estudiantes de Metafísica, fundando el movimiento de “Metafísica Cristiana” en 1946. Pero su expansión comienza en la década del 70.
Conny Méndez narra una experiencia que tuvo un viaje a Nueva York, cuando estallo la 2ª guerra mundial, en peligro de vida una señora le regaló un libro “Metafisico”: “La llave de oro” de Emmet Fox. Estudio la “Metafisica” en Unity School of Christianity (Estados Unidos) y con la secta llamada “Iglesia Universal y Triunfante” de Mark y Elizabet Clare Prophet. Su primer libro de metafísica fue “Pienso lo bueno y se te dará” (1961).
Durante dos años en la década del 60 se encerrará en su departamento en Nueva York, y Conny alegará haber recibido visitas de Saint Germain y otros maestros “de la jerarquía”; según ella, Saint Germain se le materializaba directamente. Le ordenó comprar el libro Llama Violeta y le dijo: “Me voy, y cada vez que quieras estar conmigo siéntate, visualízame a tus espaldas con las manos extendidas hacia ti y reza ese decreto de la Llama Violeta” (6). Conny Méndez murió el 26 de noviembre de 1979 a los 81 años.
Del mismo modo que otras tradiciones esotéricas como la teosofía, los rosacruces y otros tantos la Metafísica Cristiana busca fundamentar sus orígenes históricos en presupuestos inexistentes, a saber, “los 42 volúmenes sobre cosmogonía, geometría, astrología, numerología, cábala, tarot, etc. escritos por Enoc, un bisnieto de Caín; quien habría vivido 4542 años después de Adán”; y dicen que “la Iglesia borró su nombre de la Sagrada Escritura”; pero se habla de él en el Génesis 5,18-24 (7).
Dicho por ellos mismos: “La Hermandad Saint Germain… no son organizaciones físicas, no tienen presidentes ni identidad jurídica. Tampoco tienen estatutos, y a ellas se suman los discípulos al realizar las actividades y descargas dentro del campo de fuerza espiritual del Ser de Luz que la sostiene. Por supuesto que sí puede tener organizadores, promotores, facilitadores y coordinadores” Basta con leer algún librito o ir a alguna charla para ser todo un “Metafísico”.
“En 1985 ocurre lo que ellos denominan ‘la radiación de Amida Buda’ y la metafísica es aceptada por otras sectas ocultistas. Desde aquí en más, la metafísica queda establecida a nivel mundial, creándose nuevas sedes en lugares como: New York, Miami, San Francisco, México, Cuernavaca, Monterrey, Guadalajara, Parral, Jalapa, Santo Domingo, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Chiriqui, Colón, Managua, León, Bogotá, Medellín, Cúcuta, Lima, Arequipa, Cuzco, Santiago de Chile, Buenos Aires, Córdoba, Bariloche, San Juan, Tucumán, Montevideo, Punta del Este, Paraguay, Iguazú, La Paz, Cochabamba, Puerto Rico, Madrid, Cádiz, Sevilla, Ceuta, Barcelona, Valencia, Oviedo, Jipon, Vejer, Elché y Manises” (8).
Una doctrina al mejor estilo New Age
Para Conny Mendez y sus herederos nos encontramos caminando hacia una nueva era, la era de Acuario, y como toda época, es regida y guiada por un “Maestro ascendido o Avatar” (Guías invisibles que enseñan a la humanidad doctrinas secretas). El superior es el Conde de Saint Germain quien rige en esta Era. El supera a los anteriores entre los que se encuentra Jesucristo (Avatar de la Era de Piscis). Todos ellos se reencarnan, pero su pensamiento tampoco es coherente con el samsara del hinduismo.
Como todo movimiento surgido del pensamiento New Age, mezcla ocultismo, esoterismo, gnosticismo, física cuántica, terapias alternativas, psicología, Biblia, religiones orientales, pensamiento positivo, control mental, un poco de cristianismo light y deformado, junto a infinidad de dioses hindúes, arcángeles, rayos de colores, seres de otras galaxias, y divinidades mesopotámicas, egipcias y asirias. Todo en un cocktail difícil de digerir por el sentido común.
Su doctrina tiene el carácter gnóstico de auto salvación por un conocimiento superior y reservado a los iniciados en Metafísica. Nadie te salva, cada uno se salva descubriendo al gran “Yo Soy” que hay en él: la conciencia crística. En sencillas palabras Dios es parte de mí, yo soy parte de Dios y finalmente yo soy Dios… buscando así la auto divinización constante.
Rechaza el concepto de Dios personal y la divinidad de Cristo, con un claro panteísmo (todo es Dios), Dios no es aquí una persona, sino una especie de “energía” (¿Será Dios una batería o algo así?).
Una afirmación clara de esto se puede ver en los propios escritos de Conny Mendez: “Yo acepto ahora la verdad de que poseo un Ser Divino, Glorioso, que en este momento está desarrollando y trayendo a mi vida y a mis sentidos la realización de mi propia divinidad… Si tengo a Dios en mí, si todo un ser es hecho de esencia de Dios mismo, del cuerpo de Dios mismo, mi padre-madre, tengo en mi ser todas las cualidades y todos los atributos de Dios mismo. Gracias Padre que esto es Verdad”… “Las expresiones de Dios son infinitas. Tu y yo somos sólo dos de esas expresiones infinitas…”
Tampoco existe el pecado: uno mismo se perdona y no se le pide perdón a nadie. Cada uno es el propio salvador y no se necesita ningún otro salvador. Se acepta como dogma infalible la reencarnación, se diviniza al hombre haciéndole una parte de Dios y sobre todo interpretan la Biblia de una forma bastante extraña a toda la tradición judeocristiana. Incluso a la persona de Jesucristo la separan como si el Jesús histórico fuera una cosa, y el “Cristo” una realidad aparte (analogía con los avatares hindúes). Veámoslo en un texto de Conny Méndez: “No es que Jesús vuelva a nacer ahora. Es que cada uno va a encontrar a Cristo en su conciencia y en su corazón, tal como le ocurrió a Jesús”. Parece que no se enteró Conny Méndez que la palabra “Cristo” significa “ungido” (correspondiente al hebreo “Mesías”) y es un título aplicado únicamente a Jesús de Nazareth, como “El Cristo”, “El Mesías”, “El Hijo unigénito de Dios”, a lo largo de toda la escritura.
Según el análisis de Roberto A. Federigo (9) podríamos sintetizar algo de la doctrina metafísica en:
“Creen que tanto lo bueno, como lo malo, se origina desde nuestra mente; que, a su vez, es la mente impersonal de Dios.
Todos tenemos dentro a Dios (Yo Soy) por lo tanto todos somos Dios, y al igual que el cristianismo, consideran a Dios Omnipotente.
Jesús, no es el hijo de Dios, sino uno de los tantos maestros ascendidos, que recibió el espíritu crístico y fue reencarnando y dando ayuda a la humanidad desde hace milenios. Hay el Cristo cósmico, y hay el Cristo individual, o sea el Ser Divino, Hijo de Dios Padre y Madre.
Creen que existen siete rayos y que cada rayo está dirigido por:
– un Maestro Ascendido, casi todos de la raza humana,
– un Arcángel (jerarca de la evolución angélica),
– un Elohim (jerarca de la evolución elemental),
– muchas otras entidades de Luz,
– y legiones de servidores que en la Tierra se les da el nombre de “ángeles”, que cumplen las órdenes de los Directores.”
También afirma Conny que el mundo fue creado por los Elohim y no por Dios, y la lista de afirmaciones contrarias a la Biblia se hacen interminables, como interminables son sus librillos y folletines cada vez más incoherentes y contradictorios, que brotan de sus prolíficos escritores que reciben todo el tiempo mensajes de otros mundos, galaxias y dimensiones desconocidas. A estas alturas ya encontramos libros cuyo autor es “El Conde de Saint Germain”. (?)
¡Jesús y el cristianismo ya fueron!
Dicen que el sexto rayo (color rubí) de la era de Piscis (era cristiana) en que actuó Jesús ya terminó. En cambio la perfección, o sea el séptimo rayo (violeta), corresponde a la era de Acuario y al Conde de Saint Germain, quien no toma cuerpo como Jesús, sino que “nos guía mentalmente actuando a través de personas adelantadas” (¿metafísicos?). En otras palabras: “El cristianismo… ¡ya fue!”, Jesús es historia y ahora el gran Maestro de esta era a quien hay que invocar es Saint Germain. No van en contra del cristianismo directamente, lo asimilan como un elemento relativo y complementario a su “doctrina” disolviéndolo. O sea, destruirlo sin confrontación.
“Conny dice que la Era de Acuario comenzó en 1954. Y desde este tiempo se comunica con nosotros un nuevo Maestro: Saint Germain. El reemplaza a Jesucristo quien era el “maestro” para la era del cristianismo. Jesús era el “cristo” de la era de Piscis (el pez es símbolo del quien se identificaba con el ‘Yo Soy’ de Yahvé de Ex 3,14, ahora es Saint Germain. Él es nuestro ‘salvador’ que nos liberará, no por medio de su sangre derramada en una cruz, sino por medio de la ‘Llama Violeta’. Él va a ascender al planeta Venus” (10).
Pero ¿De dónde salió este Conde que dice ser superior a Jesús y a Mahoma?
¿Quién era el Conde de Saint Germain?
Era un aventurero, alquimista, ocultista y charlatán que estuvo en la corte de Luis XVI en Francia. Criticado por historiadores como un engañador de primera, pero resucitado por ocultistas, y como no podía ser la excepción, la New Age lo canoniza hoy como a tantos personajes extraños de la historia de dudosa reputación. Decía ser inmortal, aunque estuvo tantas veces preso que nadie sabe bien su destino final. Valiéndose de nombres diversos, viajó por las diversas cortes europeas, viviendo a costa de la ingenuidad de aquellos que las frecuentaban.
En 1784, luego de la muerte del Conde, su último protector, el príncipe Charles de Hesse-Cassel ordena a un seguidor de hacer correr el rumor que el conde de Saint Germain está vivo y aumenta el mito, quemando todos sus papeles.
Años más tarde, Napoleón III (1808-73) obsesionado por la vida del misterioso personaje, creó una comisión especial para investigar su historia. En el año 1871 estas investigaciones fueron devoradas por el incendio del Hôtel de Ville de París. Este hecho, motivaría a los seguidores del Conde a tejer todo tipo de conjeturas y atribuirle al siniestro características no eventuales.
A fines del siglo XIX la fundadora de la Sociedad Teosófica, Madame Blavatsky y sus seguidores anunciaron que dentro de su panteón de maestros se encontraba Saint Germain junto a Cristo, Buda, Christian Rosencreutz, Cagliostro, Francis Bacon y otros. Con el tiempo varias sectas y grupos ocultistas lo revivirán en sus discursos como gran instructor o Maestro invisible.
Hubieran buscado a alguien más creíble para darle tantas condecoraciones espirituales…
La Llama Violeta: La luz de Acuario
Leámosla directamente:
Saint Germain trae para esta nueva era de Acuario el conocimiento de la llama violeta. Esta llama es una de las infinitas cualidades o atributos de Dios que representa el perdón, la misericordia y la transmutación palabra que utiliza la alquimia del esoterismo. Dentro de esta nueva espiritualidad está la nueva manera en que llega la salvación: ya no viene por la sangre de Jesús sino por hacer una oración de Saint Germain. “Visualicen la Llama Violeta envolviendo primero nuestro propio cuerpo, luego nuestra casa, barrio, ciudad, país, continente, nuestro planeta entero. Ayudamos a salvar a nuestra juventud y a nuestros hermanos. ¡Que la Luz te Envuelva! […] Hagamos lo siguiente tres veces diarias por espacio de cinco minutos: En el nombre de la amada presencia Yo Soy, invoco la Llama Violeta libertadora a que envuelva y encienda a todo electrón que compone el planeta tierra y todos sus habitantes encarnados desencarnados, hasta que Todo y Todos sean puros y radiantes. Gracias Padre que me has oído” (11)
Es muy obvio, no solo su sincretismo esotérico, sino su incompatibilidad con la doctrina cristiana.
Poco original
Todas las ideas sobre Maestros Ascendidos y sus extraños nombres, la cantidad de términos esotéricos utilizados en los libros de Metafísica, pueden encontrarse en la conocida secta Iglesia Universal y Triunfante (por donde incursionó Conny Mendez), y el movimiento “Yo Soy”.
Obviamente estas sectas al igual que gran parte de los grupos esotéricos del siglo XX, son desgajamientos del movimiento teosófico. Todos ellos tienen una vehemente pasión por mezclar las tradiciones esotéricas de todas las religiones y se presentan como los conocedores de secretos guardados celosamente, que ahora son revelados para el bien de la humanidad. Secretos que no son otra cosa que autoconvencerse que uno mismo es parte de lo divino, pero adornado con una locura de seres extraños que pululan en el cosmos guiándonos hacia verdades cada vez más irracionales, extrañas y absurdas, pero con importantes atractivos para quienes necesitan “sentirse especiales”.
Sincretismo y religión “superada”
La Metafísica Cristiana sostiene la doble pertenencia o su compatibilidad con cualquier religión, etc. Pero, de hecho, se considera superior a las religiones tradicionales, también al cristianismo. “Llega la era en que ninguna religión ha de pretenderse la verdadera, sino que la verdad está en la nueva conciencia de la Era de Acuario que supera a la era de Piscis (era cristiana)”.
De hecho, si uno analiza los cursos que han dando en Montevideo, muchos de los asistentes son fieles de distintas parroquias y cuando se les pregunta qué es todo eso de la Metafísica, responden sin ningún problema: “Esto es un plus a la religión, es un nivel superior”. No se opone al cristianismo, pretende asimilarlo como un escalón inferior en la superación espiritual de esta “Nueva Era” (de Acuario).
Es importante observar que muchas de sus doctrinas provienen de escritos teosóficos, ya que muchos de los temas que tocan tan sólo se los encuentra como dijimos, en los escritos de Madame Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica en el s. XIX (1875), cuyos escritos son fuente ineludible en la mayoría de los movimientos esotéricos actuales. Dicho por el mismo René Guenón (esoterista), M. Blavatsky inspira la aniquilación total del cristianismo mediante su relativización frente a doctrinas superiores (esotéricas).
Como en algunas sectas, su apelativo “cristiano”, la afirmación de la doble pertenencia, el uso de términos cristianos (“Cristo”, “Miriam”, “Elohim”, “Arcángel”, “Ángel”, “Biblia”, “Trinidad”, etc.) vaciados de su verdadero sentido cristiano y resignificados con sentidos ocultistas y disparatados, son muestras de su sincretismo y la adaptación del léxico para captar más fácilmente a los fieles de tradición cristiana en los países latinoamericanos. Según ellos “¡Es la verdadera síntesis de las religiones!”. Dice Mario Olivero Troise (12): “ya no estamos en la era de las divisiones, de las religiones… sino en la era de la unidad espiritual de una espiritualidad universal”. Es decir, estamos en la era de la ensalada religiosa, donde cada uno se arma su propio menú.
Un ejemplo del sincretismo de Olivero Troise es el rezo del “Ave María Acuariana”: “María es Regina, Arcángelina del Rayo Verde, complemento Divino del Arcángel Rafael, una servidora muy querida de Dios, que no necesita ruegos ni súplicas… en lugar de Ruega por nosotros, diremos INTERCEDE y así hacemos trabajar el rayo verde”… (¿?)… Por lo tanto la rezamos así (viéndonos envueltos en verde con el TODO),: Dios te salve María… INTERCEDE por Todos, por Todo y por la Nada, ahora y siempre Amén” (13). Y algo parecido hacen con el Padre Nuestro, las celebraciones de Semana Santa, etc.
Sobre la oración escribió Conny Méndez: “La oración es el pensamiento más puro o más alto que pueda pensar. Son vibraciones de la luz que lanzamos cuando oramos, o sea cuando pensamos en Dios. Estas vibraciones tienen que transformar instantáneamente, en perfecto, en bello, todas las condiciones oscuras que nos rodean”.
Hay que avisarle que cristianamente toda oración es estar en comunión y dialogo con Dios. No son “vibraciones”, ni se ven rayos de colores, a no ser que se esté alucinando.
Incompatibilidad total con lo cristiano
Se escuchan voces de alarma en América Latina. En la mayoría de la literatura europea sobre sectas no aparece, ya que es un fenómeno típicamente latinoamericano, pero ya se han escrito artículos con mucha preocupación por parte de católicos en Venezuela, México, Argentina, Paraguay y Uruguay:
El especialista venezolano Juan Miguel Ganuza escribe: “La metafísica de Conny Mendez es el rechazo más descarado de la fe cristiana, y es grave deber pastoral de sacerdotes, catequistas y cristianos adultos el prevenir a las gentes incautas, que no tienen reparo en comulgar, pertenecer a asociaciones piadosas y creerse fieles a Cristo y a su Iglesia y asistir y participar al mismo tiempo a las sesiones de esta falsa metafísica, destructiva de todos los valores cristianos… (…) ejerce una poderosa influencia en nuestra clase media venezolana, sobre todo en el gremio femenino… es un movimiento criollizado del movimiento mentalista; su doctrina, con ciertos influjos gnósticos, niega la realidad de la materia, el pecado, la materialidad del hombre, la divinidad de Cristo, profesa la reencarnación, y desprecia todas las iglesias cristianas, en particular la católica” (14).
Por otra parte, el paraguayo José Tomás Martínez Zárate concluye: “Ningún cristiano, aunque fuese mínimamente formado en las Sagradas Escrituras, puede aceptar semejante cuento de Hadas. No tiene ningún fundamento bíblico, sino más bien su base está cimentada en la rica imaginación de las personas que han inventado semejante barbaridad” (15).
Con mucha imaginación
Podríamos citar cientos de disparates confusos como éste, donde la oración es una mezcla de oraciones católicas, con rayos de colores, vibraciones, budismo, y practicas mágicas, todo con una aureola de piedad y seriedad que parece una parodia o un chiste con mucha imaginación. El sincretismo llega al punto del absurdo que cualquier grupo gnóstico o esotérico serio de cierta tradición vería como ridículas estas posturas, pero sin embargo tienen un importante éxito entre los creyentes de tradición católica.
Para tener una mejor idea de su sincretismo, basta con ver el índice de uno de sus manuales con los títulos como: “La Iluminación”, “Juan el discípulo amado”, “Los siete cuerpos”, “Ruedas Kármicas”, “Feliz era de Acuario”, “La Gran Babilonia”, “Incomixtión acuariana”, “El nuevo cristianismo”, “El Rayo Violeta”, “El Rayo dorado”, “Saint Germain”, “El Rayo Blanco”, “Jerarquía Espiritual”, “Evolución Angélica”, “Circuito de la Energía Electrónica”; “Tu Arcángel”, “Ley del Mentalismo”, “El Cristo Interno”, “Salmo 91”, “Yo Soy”, “Jesús Maestro de Paz”, etc. … Todo en un mismo librito de 100 páginas que nos trae la verdadera -aseguran- paz interior y nos revela los secretos de la verdadera -insisten- vida espiritual.
Podríamos seguir, pero es interminable su literatura y es imposible hacer un cuadro apologético preciso, ya que no es como las viejas sectas gnósticas que por lo menos tenían un cuerpo doctrinal claro. El mismo combatidor de la gnosis del siglo II, Ireneo de Lyon, no hubiera terminado nunca su Adversus Haereses si hubiera conocido a los “metafísicos”.
¿Sectarismo sin secta?
Un grave problema de los practicantes de “metafísica” es que para superarse se someten en forma personal con la ayuda de manuales da autoayuda a prácticas de meditación rigurosas y alienantes que generan estados alterados de conciencia con sus no leves consecuencias psicopatológicas.
Son muchos los casos de familiares que se quejan de que quien en su casa practica metafísica comienza a aislarse, a creerse un ser superior, a cambiar su estilo de vida y sus relaciones. Parece ser la burbuja perfecta para los problemas de autoestima. Ahora todos son “espirituales”, “pacíficos”, “sanadores”, todos son iluminados… Al creerse por encima del resto, en un “nivel de conciencia superior”, no discuten ni dialogan, simplemente interpretan todo cuestionamiento como una falta de “conciencia espiritual”. Parece que los desubicados somos los que pretendemos usar la razón y el sentido común.
El cumplimiento de todas sus normas y prácticas absorbe demasiado tiempo y sobre todo va cambiando la mentalidad y creencias de tal modo, que quedan marginadas las anteriores del adepto, como muchos de sus familiares perciben. Para hacerlo más gráfico uno de sus manuales recomienda: “El uso de los Servicios de los Rayos y la Gran Invocación en sus tres partes debe ser hecho con frecuencia, y hacer todo lo posible por su difusión masiva ya que con su uso se pueden evitar muchas negatividades y procurar más rápidamente el advenimiento del Cristo y la instauración del Reina de Shamballa sobre la tierra”.
Abiertos y sectarios a la vez: ¡Prohibido discutir o criticar!
Por otra parte, irónicamente su doctrina es muy tolerante y relativista, sin embargo aparecen ciertos rasgos totalitarios y sectarios en el Manual del dirigente que vendría a ser como un subsidio para el animador de grupos: “No se permitirán discusiones ni negaciones públicas de las Verdades asentadas. El que no las acepte puede seguir asistiendo al grupo hasta que llegue el momento de comprender (si así lo desea), pero bajo ninguna condición tendrá derecho a rebatir, discutir o negar. Al grupo se asiste a estudiar, investigar y a aprender a vivir la Verdad, jamás a discutirla o negarla” (n. 33).
La aplicación de esta norma lleva a la sumisión cada vez menos crítica a las enseñanzas (16), y al consiguiente “lavado de cerebro” que sin estructura sectaria ni presión de ningún tipo logran igualmente con estas prácticas y reuniones. De hecho, uno de los síntomas de tal mentalidad es la reacción violenta de cualquier adepto si alguien pretende cuestionar la doctrina. Y así paulatinamente van perdiendo la capacidad crítica y entran en el delirio.
Sin duda que su adjetivo “cristiana”, el uso de la Biblia, la predicación acerca del amor, de la importancia del perdón, de liberarse, de superarse, de crecer espiritualmente, de mentalizarse en positivo, etc. tienen una importante aceptación en la mayoría de las personas, lo cual no implica que por decir cosas buenas, lindas e interesantes no sea perjudicial, y más para un cristiano cuya fe es incompatible con cualquier clase de ocultismos y sincretismos gnósticos.
Maestros ascendidos y delirios de influencia
No son pocos los casos de personas que invocando a los maestros ascendidos (cualquiera de ellos) o mediante la comunicación telepática con ángeles o extraterrestres (más frecuente en el channeling), terminan en verdaderas patologías psíquicas, como los delirios de influencia, pudiéndolos llevar a situaciones extremas para sí mismos o para quienes les rodean (17).
El delirio de influencia es una patología donde el individuo cree recibir órdenes directas de otro ser (ángel, espíritu, extraterrestre, maestro ascendido, etc.). En los contenidos de estos delirios uno encuentra desde “verdades ocultas”, hasta órdenes directas sobre aspectos prácticos de la vida cotidiana. Son muchos los casos de personas que creyéndose dirigidos solamente por las “voces” que dicen escuchar de “seres de luz” o “Maestros ascendidos”, imponen sus creencias y sus comportamientos como legítimos, más allá de todo discernimiento ético y sin atenerse a ninguna otra autoridad que la de su “voz interior”.
Reencarnación vs. resurrección
La reencarnación es una creencia de origen oriental y muy antigua, difundida en los ambientes de la Nueva Era con algunos retoques de occidentalización y defendida por los “metafísicos”. Esta concepción parte del presupuesto de que las almas, luego de la muerte se reencarnan en otro cuerpo, vuelven a esta vida, para pagar por obras que hicieron en el pasado o para perfeccionarse vida tras vida.
Sin embargo, esta forma de ver la vida post-mortem es contraria a la doctrina cristiana sobre el más allá de la muerte. Es más, ningún cristiano, judío, o musulmán bien formado en su propia creencia religiosa puede creer en la reencarnación, porque las tres religiones monoteístas creemos en la resurrección de los muertos, los muertos no vuelven a esta vida, sino que mueren una sola vez y van al encuentro de Dios. Veamos algunas afirmaciones de la Biblia al respecto:
“Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad” (Daniel 12,2-3)
“Al llegar a su último suspiro dijo: Tu, criminal, nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna” (2 Macabeos 7,9)
“…Pues de no esperar que los caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos…” (2 Macabeos 12,44)
“…las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno. A los ojos de los insensatos pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto su salida y su partida de entre nosotros por completa destrucción: pero ellos están en paz” (Sabiduría, 3,1-3)
“Del mismo modo que está establecido a los hombres que mueran una sola vez, y luego el juicio…” (Hebreos 9,27)
El mismo San Pablo nos afirma que si Cristo resucitó todos resucitaremos, y la fe cristiana está puesta en la resurrección de Cristo. (1 Cor 15).
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña al respecto (1012-1013): “La visión cristiana de la muerte se expresa de modo privilegiado en la liturgia de la Iglesia: La vida de los que en ti creemos Señor; no termina, se transforma; y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo. La muerte es el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino. Cuando ha tenido fin “ el único curso de nuestra vida terrena”, ya no volveremos a otras vidas terrenas. Está establecido a los hombres que mueran una sola vez (Heb 9,27). No hay “reencarnación” después de la muerte.”
«...Es evidente que la reencarnación es incompatible con el cristianismo…Para el Evangelio esta es la única vida terrena decisiva. Jesús le dijo al buen ladrón: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23,39) y el destino del hombre se decide irrevocablemente en esta vida…Frente a la creencia en la reencarnación el cristianismo afirma la resurrección gloriosa como meta definitiva de la existencia humana.» (18)
Por lo tanto, si sintetizáramos la doctrina cristiana sobre la vida más allá de la muerte afirmamos que:
– Se muere una sola vez. No hay muchas vidas, sino una.
– Inmediatamente después de la muerte, todos los seres humanos se presentan ante Dios. No vuelven a la tierra.
– Aquellos que se abren a la oferta de salvación heredarán el cielo, y aquellos que no se dejen salvar rechazando la salvación ofrecida en Cristo se condenan eternamente.
– La vida eterna no es fruto de las buenas obras, sino un don de Dios a los hombres, por medio de Jesucristo, de su muerte y resurrección.
Aceptar la doctrina de la reencarnación de las almas no solo es oponerse a la enseñanza de la Iglesia desde siempre, sino que es negar a Jesucristo y su salvación. No se puede decir que se cree en Jesucristo y su mensaje y a la vez afirmar la reencarnación. Esto sería un absurdo.
El cristiano por lo tanto solo espera en la resurrección. Porque además cada uno de nosotros es un ser único e irrepetible, no un alma que viaja de cuerpo en cuerpo.
Qué nos dice la Palabra de Dios sobre estas doctrinas. Los falsos profetas
“Así dice el Señor todopoderoso: No escuchen las palabras de esos profetas; los engañan, y les cuentan visiones de su propia imaginación que no proceden de la boca del Señor.” (Jeremías 23,16)
“Y el Señor me dijo: es mentira que éstos profetizan en mi nombre, yo no los he enviado, no les he mandado nada ni les he hablado; visiones falsas, vanas predicciones, fantasías de su propia imaginación.” (Jeremías 14,14)
En el Nuevo Testamento encontramos abundantes exhortaciones sobre estos temas, ya que el mismo Pablo en sus cartas combatía las doctrinas gnósticas y esotéricas que se presentaban como “el verdadero cristianismo”, y desviaba a los fieles de Cristo y su mensaje de salvación.
“No hay otro evangelio. Lo que pasa es que algunos los están confundiendo e intentan manipular el evangelio de Cristo. Pues sea maldito cualquiera –yo o incluso un ángel del cielo- que les anuncie un evangelio distinto del que les ha sido anunciado…” (Gálatas, 1,8-9)
“Estén atentos, no sea que alguien los seduzca por medio de filosofías o de estériles especulaciones fundadas en tradiciones humanas o en poderes cósmicos, pero no en Cristo. Porque es en Cristo hecho hombre en quien habita la plenitud de la divinidad, y en él, que es cabeza de todo dominio y potestad, ustedes han obtenido la plenitud… Que nadie los prive del premio presumiendo de humildad o de dar culto a los ángeles; es gente que se enorgullece de lo que cree haber visto, que se vanagloria de pensamientos mundanos y que no se mantiene unida a Cristo...” (Colosenses 2, 9-10.18-19)
“Predica a tiempo y a destiempo, corrige, reprende y exhorta, hazlo con mucha paciencia y conforme a la enseñanza. Porque vendrá el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, llevados por sus propios deseos, se rodearán de multitud de maestros que les dirán palabras halagadoras, apartarán los oídos de la verdad y los desviarán hacia las fábulas. Tú, sin embargo, procura ser siempre prudente, soporta el sufrimiento, predica el evangelio y dedícate plenamente a tu ministerio”. (2 Timoteo 4,2-5)
Al respecto cobran especial interés las palabras dirigidas por el Papa san Juan Pablo II, al tercer grupo de obispos norteamericanos, en la visita ad limina apostolurum del 18 de mayo de 1993:
“Mientras sigue avanzando la secularización de muchos aspectos de la vida, hay una nueva demanda de espiritualidad, como lo muestra la aparición de muchos movimientos religiosos y terapéuticos, que pretenden dar una respuesta a la crisis de los valores de la sociedad occidental. Esta inquietud del homo religiosus produce algunos resultados positivos y constructivos, como la búsqueda de un nuevo significado de la vida, una nueva sensibilidad ecológica y el deseo de ir más allá de una religiosidad fría y racionalista. Por otra parte, este despertar religioso trae consigo algunos elementos muy ambiguos, incompatibles con la fe cristiana.
…Las ideas de la New Age a veces se abren camino en la predicación, la catequesis, los congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los católicos practicantes, que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de esas ideas con la fe cristiana.
En su perspectiva sincretista e inmanente, estos movimientos pararreligiosos prestan poca atención a la Revelación, más bien, intentan llegar a Dios a través del conocimiento y la experiencia, basados en elementos que toman prestados de la espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas. Tienden a relativizar la doctrina religiosa a favor de una vaga visión del mundo, que se expresa mediante un sistema de mitos y símbolos revestidos de un lenguaje religioso. Además, proponen a menudo una concepción panteísta de Dios, incompatible con la Sagrada Escritura y la tradición cristiana. Reemplazando la responsabilidad personal de nuestras acciones frente a Dios con un sentido del deber frente al cosmos, tergiversando así el verdadero concepto de pecado y la necesidad de la salvación por medio de Cristo“.
La misma palabra de Dios es insistente, solamente Jesucristo es el único salvador de la humanidad, Él es Dios y no un maestro más entre otros:
“Nadie más que él (Cristo) puede salvarnos, pues sólo a través de él Dios nos concede a los hombres la salvación en la tierra”. (Hechos 4,12).
“No hay más que un solo Dios, no hay más que un solo mediador, Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos” (1 Timoteo 2, 5)
Un desafío
Confiamos en que el Señor nos muestre el camino para poder ser fieles al Evangelio sin tener que cerrarnos en la crítica del que piensa diferente por miedo a que nos minen la doctrina, ni tampoco caer ingenuamente en un “da lo mismo” que termina diluyendo la identidad cristiana en una ensalada religiosa. Sino que con un corazón abierto aprendamos a dialogar con una identidad clara y definida, ser fieles a la misión que cada uno ha recibido y aclarar donde otros oscurecen.
Creemos que es muy importante que se conozca, aunque sea mínimamente el mundo de las grandes religiones (Judaísmo, Cristianismo, Islam, Budismo, Hinduismo, etc.), porque una de las causas de la proliferación de estos delirios religiosos a gusto del consumidor es la ignorancia religiosa. Y cada creyente ha de tomar seriamente el desafío de la formación sólida en su propia fe, así como el conocimiento sereno y objetivo de los otros.
Notas:
- Este artículo fue publicado en el quincenario de la Arquidiócesis de Montevideo, “Entre Todos”, en abril de 2004.
- Gnosis (del griego: conocimiento). Los movimientos gnósticos a lo largo de la historia buscaron la salvación no como un don de Dios (cristianismo), sino como un conocimiento especial reservado a unos pocos. Se caracterizan siempre por un sincretismo filosófico-religioso, es decir una mezcla incoherente de elementos de diverso origen, tratando de dar respuestas a los grandes cuestionamientos de la existencia humana (el porqué del mal, el origen del universo, etc).
- Esoteros (del griego: lo oculto). El esoterismo es una forma de gnosticismo optimista, que busca descifrar en supuestos códigos ocultos (Kabbala, numerología, alquimia, angelología, etc), las verdades perennes transmitidas por supuestos iluminados. El hermetismo es una forma de esoterismo (Ej. Corpus Herméticum, de Hermes Trismégisto)
- Su verdadero nombre es: Juana María Concepción Méndez.
- Corriente religiosa que pone todas las religiones al mismo nivel, busca “Maestros Ascendidos” que nos guíen hacia la “verdad”, cree en la reencarnación y mezcla elementos del espiritismo, del budismo, del hinduismo, de la antigua religión egipcia, de algunas doctrinas masónicas, del neoplatonismo y del cristianismo.
- Cedeño, R., Conny Méndez y mis memorias metafísicas, Bienes Lacónica, Venezuela, 1989, p. 48
- Cf. Guerra Gómez, Manuel, Diccionario Enciclopédico de las sectas, BAC, Madrid, 2002.
- Federigo, Roberto A., El verdadero rostro de la Metafísica, Grupo Avir, Argentina.
- Federigo, Roberto A., El verdadero rostro de la Metafísica, Grupo Avir, Argentina.
- Gagnon, Daniel, Metafísica Cristiana de Conny Mendez, tomado de www.redimir.org.mx
- Mendez, Conny, ¿Quién es y quién fue el Conde de Saint Germain?, Bienes Lacónica, Venezuela
- Referente en Uruguay de los cursos de Metafísica. Es docente en Facultad de Derecho (Grado 4).
- Olivero Troise, Mario, Metafísica “New Age”. Cristianismo para la era de acuario, Montevideo, 2002.
- Ganuza, J. Miguel, La avalancha de las sectas esotéricas, San Pablo, Caracas, 1995.
- Martínez Zárate, J. Tomás, El Gran Engaño, Asunción, 2003.
- Baamonde, José María, La Manipulación psicológica de las sectas, Paulinas, 2003.
- Baamonde, José María, op. cit.
- Elizaga, Julio César, Las Sectas y nuevas religiones a la conquista del Uruguay, Montevideo, 1988.
Autor: Miguel Pastorino
Fuente: Periódico “Entre Todos”