“Misión Internacional por la Paz”, una secta cuyo fundador se consideraba Dios

Publicado en: PERSONAJES

Misión Internacional por la Paz

Las doctrinas de la MIP dejan clara esta divinidad del fundador, que se describe utilizando terminología cristiana. Cuando Baker fundó, como rama de la secta, un movimiento juvenil internacional, la declaración de fe de esta agrupación publicada en 1955 decía: “Desde lo profundo del corazón yo sé que el Padre Divino es Dios, la personificación de Dios en figura corporal. Yo creo que el Padre Divino está realizando las profecías bíblicas de la segunda venida de Cristo al mundo cristiano y de la venida del Mesías al mundo judío”.

 

 

El 4 de marzo de 2017 falleció a los 92 años la mujer conocida como “Madre Divina” (Mother Divine), última líder del International Peace Mission Movement – movimiento Misión Internacional por la Paz (MIP), una secta norteamericana muy poco documentada en español. La muerte de su última dirigente es una buena ocasión para repasar los datos fundamentales de este grupo religioso contemporáneo, su historia y sus protagonistas.

 

En el principio era el Padre Divino

 

Todo comenzó con George Baker (1880-1965), un ciudadano negro norteamericano que fundó en los años 30 –tiempo de profunda crisis económica y social en los EE.UU.– el International Peace Mission Movement. La Encyclopaedia Britannica señala que se trata de un importante precursor del movimiento de los derechos civiles.

 

Después de trabajar como asistente de otro líder religioso evangélico, comenzó su propia carrera de predicador ambulante (“el Mensajero”), y fue en los años 30 cuando su vida tomó otra orientación al atribuirse un carácter divino, saliéndose así del cristianismo.

 

En 1932 en Nueva York empezó a hacerse llamar “Padre Divino” y “Dios vivo y verdadero”. También fue una época en la que tuvo problemas legales y juicios que llegaron a su paso por la cárcel.

 

Las doctrinas de la MIP dejan clara esta divinidad del fundador, que se describe utilizando terminología cristiana. Cuando Baker fundó, como rama de la secta, un movimiento juvenil internacional, la declaración de fe de esta agrupación publicada en 1955 decía: “Desde lo profundo del corazón yo sé que el Padre Divino es Dios, la personificación de Dios en figura corporal. Yo creo que el Padre Divino está realizando las profecías bíblicas de la segunda venida de Cristo al mundo cristiano y de la venida del Mesías al mundo judío”.

 

Después vino la Madre Divina

 

En la declaración de 1955 que se ha citado más arriba podemos leer también: “Creo en el matrimonio bendito, santo, espiritual del Padre Divino con su esposa virgen inmaculada, la Madre Divina, que fue predestinada para esto antes ya de que estuviese en el mundo, y es símbolo de la Iglesia sin mancha ni arruga”.

 

¿Quién era la Madre Divina? En primer lugar hay que aclarar que con este nombre se conoce a dos mujeres: las dos esposas de George Baker. La primera, con la que se casó en torno a 1914, se llamaba Penninah, y era miembro de la secta (y, según aseguraban los mismos cónyuges, no consumaron su matrimonio). Como ya entonces, antes de su “endiosamiento”, los seguidores llamaban Padre Divino a su líder, su primera esposa también fue obsequiada en ocasiones con el título de Madre Divina. Murió en 1943, aunque se desconoce la fecha de la defunción, de la que Baker nunca habló.

 

En 1946 el controvertido Padre Divino se casó con su segunda esposa, que es la que acaba de fallecer. Se llamaba Edna Rose Ritchings, era canadiense y tenía 21 años. Como otros adeptos, la joven había abandonado a su familia para pasar a formar parte de la secta, en la que recibió un nombre nuevo: “Dulce Ángel”.

 

La unión llamó mucho la atención en su tiempo porque, aunque en Washington ya era legal el matrimonio entre negros y blancos, el líder tenía unos 65 años. Los adeptos se alegraron mucho de este enlace, y además de considerarla Madre Divina, la llamaron “Novia Virgen Inmaculada”, la encarnación de las enseñanzas de su esposo. Y no sólo eso: el espíritu de la primera mujer de Baker permanecía en ella.

 

Tras la muerte del Padre Divino en 1965, Ritchings tomó las riendas de la MIP, vendió muchas de sus propiedades y se retiró a Philadelphia, según informa The Inquirer, con sus últimos seguidores. Uno de ellos, Roger Klaus, ha afirmado que la viuda del Padre Divino “era el amor personificado”.

 

Promoción de valores humanos y sociales

 

En los años 60, el experto Konrad Algermissen cifraba en un millón los adeptos a la MIP, a la que consideraba “una especie de comunismo cristiano”, ya que el Padre Divino “recibe las fortunas de los afiliados y las administra distribuyendo después los resultados” (Gran Enciclopedia Rialp). Algo que no está fuera de lugar, ya que en las doctrinas de la secta se lee: “creemos en el comunismo cristiano”.

 

Desde el comienzo el movimiento insistió en la hermandad de todos los seres humanos, dejando atrás cualquier discriminación racial. En la MIP cristalizó la lucha de los negros por sus derechos sociales y la búsqueda de la igualdad de oportunidades en la cultura norteamericana. Se declaran pacifistas y se basan en las enseñanzas de Jesucristo para delimitar sus normas morales.

 

Por ello, insisten en la obligatoriedad del amor al prójimo, la moderación y la sobriedad en las costumbres, la humildad, la abstención del alcohol y el tabaco… Conciben la vida del creyente como una progresión desde la conversión –que incluye la reparación de los males cometidos con anterioridad–, pasando por el estadio de “ángeles” –que supone la obediencia total al liderazgo de la secta– y, finalmente, la dedicación completa a la MIP, renunciando a los propios bienes y a las relaciones sexuales.

 

Como curiosidad, cabe destacar que en los años 70 Jim Jones, el tristemente famoso “reverendo” que llevaría al final a la muerte a más de 900 de sus adeptos del Templo del Pueblo en Guyana, intentó hacerse con el liderazgo de la MIP aprovechando que ya había muerto su fundador –y declarando ser su “reencarnación”–. Sin embargo, la Madre Divina, descubriendo que Jones estaba reclutando a algunos de sus seguidores, le prohibió asistir a los cultos. El Templo del Pueblo, como se ha documentado abundantemente, mezclaba elementos cristianos y comunistas, de forma parecida a la MIP.

 

Ahora mismo, tras la muerte de la Madre Divina, no se sabe cuáles serán los derroteros que seguirá la secta, en constante declive. Tampoco se ha conocido la sucesión, pues no había planes. Según uno de sus adeptos, “confiamos en el espíritu del Padre y es lo que siempre hemos hecho”.

 

En cita de la Encyclopaedia Britannica se afirma que “La membresía del movimiento ha disminuido dramáticamente, sobre todo debido a su estricta dedicación al celibato”.

 

 

Autor: Luis Santamaría del Río